Generalmente se considera al bitcoin como reserva de valor con apreciación paulatina a lo largo de años. En El Salvador ya está legalizado como medio de intercambio de curso legal, mientras otros países consideran esta alternativa para paliar sanciones que impiden comercio a través de dinero fiduciario. Como unidad de cuenta, inicialmente asusta expresar precios mediante decimales con muchos ceros.
La volatilidad diaria en tasa de cambio del bitcoin contra el dólar, hacia arriba o hacia abajo, a pesar de haber disminuido a largo plazo, sigue siendo considerable. Si llegan a cumplirse predicciones de un bitcoin superior a los $100.000 a mediano plazo, o superior a los $1.000.000 a largo plazo, los entes económicos con estrategias de precios basadas en el bitcoin como unidad de cuenta rebajarán sus tarifas al público y sus compensaciones a empleados y proveedores en esa moneda, dada su fortaleza defacionaria.
La contabilidad en bitcoin es novedosa y apenas se está inventando. A medida que diversos países con disímiles culturas financieras converjan hacia esta unidad de cuenta, reserva de valor y medio de intercambio, comprenderemos mejor esta transición del dinero fiduciario basado en deuda y con emisión inorgánica, hacia el dinero matemático basado en ahorro y con emisión máxima preestablecida hasta el siglo XXII.
