Tras décadas de deterioro en las expectativas de ingresos de nuevas generaciones, quienes cada vez han debido estudiar más para ganar menos, surge la interrogante acerca de cuál será el sistema educativo más adecuado para obtener destrezas en este planeta, cuya coyuntura describimos a continuación:
Expansión del gasto público a través de guerras en Ucrania y otras locaciones internacionales luce idónea para seguir financiando políticos desubicados. Opinión pública se desgasta entre abortismo y transfobia. Sobreapalancamiento desencadena pánico financiero y ningún activo es percibido como libre de riesgo.
Se vaticinan incrementos récord del precio del crudo en un contexto global estanflacionario, debido a supresión de exportaciones rusas y disrupción de cadenas de suministro chinas debido a la política cero covid. Inventarios internacionales de diésel corren riesgo de agotarse ¿se paralizará transporte global de mercancías?
Pensamiento crítico se desvanece cuando abusamos de sugerencias por algoritmos en redes sociales. Somos encasillados en nichos diferenciados que nos dificultan ahondar en información que contradiga creencias previas. Sigue vigente el desafío por formar profesionales multidisciplinarios con mentalidad abierta.