La mayor república bananera de todos los tiempos quiebra sus últimos cartuchos de deuda. Israel, Alemania, Francia, China, Arabia Saudita retiran sus inversiones en bonos del tesoro cuyo valor baja a medida que suben tasas de interés.
Venezuela sigue con fondos retenidos por Estados Unidos. Las sanciones funcionan como corralito para que nunca podamos sacar nuestros fondos de allí. No es nuestra responsabilidad financiar emisión de nueva deuda estadounidense.
Estados Unidos sigue inventando guerras en todo el planeta, y creando dólares mágicos desde la nada. La tasa de inflación se estabiliza en valores altos, los apresurados rescates bancarios estimularán aún mayor inflación.
Los alumnos del socialismo estadounidense aplican con destreza las enseñanzas políticas y macroeconómicas de sus maestros venezolanos. Programas sociales en apoyo a crímenes y drogadicción consumen cada vez mayores recursos.
Urge el amargo remedio del Fondo Monetario Internacional. La muy conocida receta de ajustes siempre ha funcionado. El congreso estadounidense tiene la responsabilidad histórica de no seguir aumentando el techo de la deuda.
Es preferible que la burbuja estalle de una buena vez, en lugar de esperar durante una generación adicional que los desequilibrios se tornen aun más aberrantes que hoy. El despilfarro de sectores improductivos no merece nuestro rescate.
Dólar de Estados Unidos mantiene oportunidad de fungir como moneda de curso legal en todas las Américas. Todo el hemisferio occidental pudiese consolidar un único mercado. Fortaleza regional del dólar es preferible a su debilidad global.